Los días que faltan

Y es cómo si me hubieran cambiado el mundo, ahora cuento los cuatro días que faltan para que me lo devuelvan y así girar y ver que estás sonriendo para mí, porque cuando reflejas tu alegría yo vibro y bailo con la luna, así como cuando tocas mi mano o simplemente cuando caminas a mi lado. Ahora sólo contaré los días que faltan, no sólo para vibrar y bailar con la luna, sino que para sonreír y comprender nuestro idioma, el qué sólo tú y yo sabemos...Si tú sientes lo mismo podríamos juntarnos esta noche en las estrellas para comentar cómo estuvo nuestro día y cómo es que nos extrañamos...Y cuando despierte, contaré los día que faltan...